Reseña: Cuentos extraños para niños peculiares

Autor: Ransom Riggs

Editorial: Penguin Random House

Paginas: 248

Saga: El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares

Los cuentos tradicionales siempre contienen una verdad. Y esta colección de cuentos extraños y maravillosos esconde algunas verdades del mundo peculiar. Sus historias son habitadas por princesas de lengua bífida, caníbales amables, damas amigas de fantasmas... Sus páginas tienen información vital para los niños peculiares e incluso pistas para localizar bucles temporales. ¿Te atreves a leer estos extraños cuentos? Millones de lectores de todo el mundo quedaron maravillados con el universo peculiar: un mundo de fantasía fascinante y envolvente que te atrapará y no te dejará escapar...

Gracias Me gusta leer Argentina por el ejemplar.

¡Hola a todos! ¡Espero que este 2017 los haya recibido con muchas ganas de leer!  Particularmente a mí me agarró con todo, y como parte de mi súper productivo enero – creo que nunca escribí tantas reseñas seguidas como en estas dos semanas – les traigo Cuentos extraños para niños peculiares, de Ransom Riggs. Este conjunto de historias se conforma como un apéndice de la saga iniciada por El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, cuyos primeros dos libros se encuentran reseñados ACÁ y  ACÁ.

Cualquier persona que se haya sumergido en el mundo de Ransom Riggs conocerá la existencia de Cuentos de lo peculiar, una recopilación de tres inmensos tomos que Millard, nuestro joven peculiar invisible, lleva consigo a todos lados, y que sirve a nuestros protagonistas como mapa para encontrar bucles temporales mientras escapan de los Huecos y… cortemos ahí con los spoilers. La realidad es que, si bien la lectura de la saga principal es recomendada para poder establecer relaciones con historias como “Las palomas de la catedral” y “El cuento de Cuthbert”, no es estrictamente necesaria, ya que el libro puede ser leído por cualquier persona que disfrute la narrativa breve.

Tengo que admitir que este libro fue una sorpresa muy grata. Por lo general, la escritura de Riggs me parece un poco pesada, con enormes extractos en los que no pasa nada seguidos por partes en las que todo sucede con un frenesí casi descontrolado. Sus novelas tienden a tener capítulos súper interesantes pero otros que se nos presentan bastante densos. Pero como se viene diciendo ya hace tiempo (En particular gracias a Edgar Allan Poe, a quien debemos mayoritariamente el concepto que manejamos actualmente), el cuento se caracteriza por una relativa brevedad y por un efecto final que deja al lector pensando una vez finalizada la lectura.

Y es que el mundo evocado por Riggs, si bien a veces le encuentro algunas fallas en la forma de su ejecución, es extremadamente atractivo y presenta posibilidades casi ilimitadas. Poco sabemos acerca de la historia general de los peculiares y sobre las cosas que han vivido a lo largo de los años, o en otras partes del mundo. Cuentos extraños para niños peculiares responde algunas de estas inquietudes, con un estilo único que recuerda a los típicos cuentos de hadas que nos fueron recitados a todos en nuestra infancia.

Antes de hablar del contenido me gustaría dedicarle unas líneas a la forma de presentación del libro, y para esto debería abordar el tema desde dos sentidos diferentes. Por un lado, desde lo estético, el libro es una belleza. Todos los cuentos tienen detalles dorados que resaltan con el blanco de la página y dan la impresión de estar leyendo algo sumamente antiguo. Lo mismo sucede con el prólogo y las notas al pie. Y como si fuera poco, cada relato está encabezado por una ilustración en blanco y negro que rebosa de detalles al punto que, cada vez que se la mira, devela algo nuevo. El arte del libro, para quien le interese interiorizarse en este aspecto, estuvo a cargo de Andrew Davidson, y su trabajo fue más que excelente.

Pero también me encantó que el libro no sólo sea una especie de  “Tomá, acá tenés cuentos de gente peculiar para que estés contento”, sino que el autor lo configuró de tal manera que es el propio Millard Nullings – quien, repito, llevaba los tomos originales de aquí para allá – la persona encargada de editar los cuentos. Al comienzo del libro Millard se dirige directamente al lector, con una carta firmada por el personaje, y cada cuento contiene notas al pie que él mismo habría confeccionado. No recuerdo haber encontrado este tipo de intertextualidad en muchos Young Adult - salvo, de manera mucho más libre, Los cuentos de Beedle el bardo - y me pareció un recurso muy acertado y novedoso.

A todo esto hay que sumarle el extenso abanico de temáticas que tratan los cuentos. Algunos, como “La chica que quería ser amiga de un fantasma” o “La langosta”, son extremadamente adorables, mientras que otros son mucho más profundos, como es el caso de “Cocobolo”, en el que un muchacho debe aceptar que no se puede escapar de lo que uno realmente es. Pero como sucede siempre en el universo peculiar, lo tenebroso y lo grotesco están a la orden del día, pudiendo mencionar a “Los caníbales generosos” o “La encantadora de pesadillas”.

Éste último fue mi cuento favorito, y relata la historia de una niña que es capaz de quitar las pesadillas de las personas. Pero, cuando lo hace, las mismas se materializan como un alargado hilo negro que cobra vida. Al principio le es fácil encerrar a las pesadillas en un cajón, pero cuando comienza a utilizar sus poderes para ayudar a todo el pueblo, los hilos escapan y, fusionándose t tomando formas diversas,empiezan a seguirla a todos lados, como si fuera una obediente mascota que no quiere separarse de su ama. Pero Baxter – nombre que le pone a este extraño acompañante – comienza a hacerse demasiado grande para controlarlo… Es un cuento oscuro con una moraleja muy interesante, y una nota al final, firmada por el propio Millard, que dejará pensando a más de uno.

En resumidas cuentas, Cuentos extraños para niños peculiares  es un libro hermoso, tanto desde un punto de vista estético como de contenido, y un muy buen agregado a la biblioteca de cualquier lector. Creo que, como me sucedió a mí, a más de uno lo tomará por sorpresa.

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